El capítulo sobre violencia en las interacciones masivas nos invita a ver con nuevos ojos muchas formas de violencia que normalizamos y no se trata solo de peleas, robos o crímenes visibles, sino de dinámicas más silenciosas que ocurren todos los días: una actitud agresiva en el tráfico, un trato despectivo en un estadio, la exclusión en espacios públicos. Todo eso forma parte de lo que se llama violencia estructural o simbólica, y muchas veces pasa desapercibido porque está tan arraigado en la cultura que lo vemos como “normal”.
Pero
lo más importante que destaca el capítulo es que estas conductas no son simples
reacciones impulsivas, son decisiones, son comportamientos que reflejan cómo
nos educamos, cómo entendemos el respeto por el otro y cómo aprendemos a
convivir. Por eso, la solución no puede venir solamente desde la ley o el castigo,
la verdadera prevención del delito debe nacer desde la educación, la cultura y
la conciencia colectiva y ahí es donde el Estado tiene una gran
responsabilidad, especialmente instituciones como el Ministerio de Justicia.
Una noticia
relacionada con esta temática es la del el “Poder Judicial fortalece programas
de justicia restaurativa en centros penales” dice que, en el año 2024, el Poder
Judicial de Costa Rica, en coordinación con el Ministerio de Justicia y Paz,
amplió la implementación de los programas de justicia restaurativa en varios
centros penales del país. Esta iniciativa incluye círculos de diálogo, procesos
educativos, acompañamiento psicosocial y programas para fortalecer la
empleabilidad de las personas privadas de libertad.
Además,
el Ministro de Justicia, Gerald Campos Valverde, expresó en una entrevista
publicada el 26 de junio de 2025 que “se ha impulsado la resolución alternativa
de conflictos y la justicia restaurativa como herramientas para construir una
cultura de paz y prevenir la violencia”. Este enfoque representa un cambio
importante: dejar de ver la prisión como un simple castigo, y convertirla en un
espacio de transformación personal y social.
El
Ministerio de Justicia y Paz no puede limitarse a ser un simple ejecutor de
penas, su función debe ir mucho más allá. Hoy más que nunca se necesita que
esta institución asuma un rol activo en la prevención del delito y en la reconstrucción
del tejido social.
Desde
una perspectiva criminológica y humana, es necesario dejar atrás un enfoque
centrado en la reacción disciplinaria, y avanzar hacia modelos que apuesten por
la educación, la restauración y la integración social. La justicia restaurativa
representa justamente eso: la posibilidad de reparar el daño, sanar relaciones,
y evitar que el delito se repita, pero para que funcione, tiene que estar bien
estructurada, tener presupuesto, seguimiento y, sobre todo, voluntad política.
Sin
embargo, también hay retos importantes, uno de ellos es evitar que este tipo de
programas se usen solo como fachada o parte de un discurso institucional vacío,
si no hay compromiso real, si no hay seguimiento, si no se escucha a las comunidades
afectadas, la prevención del delito se convierte en un eslogan más. Por eso, es
fundamental que las políticas públicas sean coherentes, que escuchen a la
ciudadanía y que se enfoquen en reducir las desigualdades que muchas veces
están en el origen de la criminalidad.
En
conclusión, el Ministerio de Justicia puede y debe ser un actor clave en la
construcción de una sociedad más justa y segura. Para lograrlo, necesita
transformarse internamente, conectar con otras instituciones, y actuar no solo
desde el castigo, sino desde la educación, la reparación y la inclusión, solo
así podremos construir un país donde la prevención del delito sea una realidad
y no solo una intención.
Referencias
Campos
Santelices, A. (2024). Violencia Social. San José, Costa Rica: EUNED.
Poder
Judicial. (s.f). Justicia Restaurativa. https://justiciarestaurativa.poder-judicial.go.cr/
Canal
Trece. (26 de junio de 2025). Entrevista a Gerald Campos - Ministro de Justicia
y Paz | 26 Junio 2025. https://www.dailymotion.com/video/x9lyj3c
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