La
Criminología no puede entenderse ni desarrollarse plenamente sin el
acompañamiento de otras ciencias, su campo de estudio, que abarca el delito, el
delincuente, la víctima y el control social, es tan amplio y dinámico que
requiere nutrirse de diferentes disciplinas para poder comprender la
complejidad del fenómeno criminal. No se trata de un ejercicio teórico; se
trata de la posibilidad real de generar intervenciones más eficaces, humanas y
ajustadas a la realidad, esta relación interdisciplinaria no es un accesorio
académico, es una necesidad técnica, social y ética.
Dentro
del abanico de ciencias afines a la Criminología, tres tienen un vínculo
particularmente estrecho: el Derecho Penal, la Política Criminal y la
Penología. Estas tres disciplinas no solo comparten con la Criminología un
interés por la respuesta social ante el delito, sino que ofrecen perspectivas y
herramientas concretas que fortalecen su capacidad de análisis, prevención y
propuesta, a su vez, la Criminología también les aporta una mirada crítica y
contextualizada que las obliga a evolucionar más allá de su enfoque tradicional.
El
Derecho Penal establece las reglas del juego: define qué conductas son delitos,
cuáles son las penas que se deben imponer, y cómo debe actuar el sistema penal
ante la transgresión de normas, pero esta definición legal no siempre refleja
la realidad social. La Criminología interviene aquí para preguntar por qué
ciertos hechos se criminalizan y otros no, a quién favorecen esas leyes, si son
eficaces o si profundizan la exclusión.
Así,
no solo se limita a operar dentro del marco legal, sino que lo examina, lo
cuestiona y, cuando es necesario, propone transformarlo. Esa interacción
permite que el Derecho Penal no se mantenga ajeno a los cambios sociales, y que
la Criminología actúe con una base normativa clara.
Por
su parte, la Política Criminal representa la aplicación práctica de las
decisiones estatales frente al delito, es el instrumento que utiliza el Estado
para establecer prioridades, diseñar estrategias de prevención, organizar el
aparato policial y penitenciario, y regular el sistema de justicia. En este
campo, la Criminología cumple un papel indispensable; ya que, proporciona
evidencia probada para fundamentar decisiones, señala riesgos de políticas
ineficaces o represivas, propone modelos de prevención social, y ayuda a evitar
que las decisiones políticas se basen únicamente en reacciones emocionales o
discursos populistas. De esta manera, convierte a la Política Criminal en una
herramienta racional, equilibrada y centrada en la convivencia.
La
Penología, por otro lado, se encarga del estudio de las penas, el sistema
penitenciario y la ejecución de las sanciones, en este contexto, la
Criminología aporta un análisis profundo sobre el impacto de las penas,
especialmente la prisión, en la vida de las personas condenadas y en la
sociedad en general.
Examina
si el sistema carcelario cumple con su función resocializadora o si, por el
contrario, se convierte en una fábrica de exclusión, violencia y reincidencia.
Desde allí, promueve modelos restaurativos, justicia alternativa y reformas en
las políticas penitenciarias que coloquen al ser humano en el centro de la
intervención.
Estas
relaciones son fundamentales para lograr un enfoque integral del fenómeno
criminal, la Criminología no debe actuar como una disciplina que simplemente
recoge datos o describe conductas; debe ser una ciencia que propone, que
transforma, que cuestiona los modelos establecidos y que trabaja activamente
por una sociedad más justa y menos violenta. Pero eso solo es posible si
mantiene un diálogo constante con las disciplinas que gestionan legal, política
y operativamente el delito y sus consecuencias.
Ahora
bien, estas ciencias también tienen relación con otra disciplina distinta: la
Criminalística, a diferencia de la Criminología, la Criminalística se enfoca en
el análisis técnico y científico del “cómo” del delito, recolecta y procesa
evidencia, analiza huellas, rastros, armas, escenas del crimen y todo tipo de
indicios materiales.
Pero
para que su trabajo tenga sentido jurídico, necesita al Derecho Penal que le
diga qué investigar, para tener relevancia política, depende de la Política
Criminal que defina prioridades y para aplicarse dentro del sistema carcelario,
requiere de la Penología cuando ocurre un hecho delictivo dentro del penal.
En
este sentido, Derecho Penal, Política Criminal y Penología también se
relacionan con la Criminalística, aunque desde una perspectiva distinta.
Mientras que la Criminología establece un diálogo crítico y reflexivo con estas
disciplinas, la Criminalística se articula con ellas desde una función
técnico-operativa, no las cuestiona, pero trabaja en coordinación para generar
pruebas, respaldar investigaciones y fortalecer el aparato judicial.
La
Criminología no puede caminar sola, necesita del Derecho Penal para ubicar su
campo de acción, de la Política Criminal para transformar su conocimiento en
decisiones concretas, y de la Penología para evaluar los efectos de esas
decisiones en la vida de las personas. Pero también estas disciplinas necesitan
a la Criminología para evitar convertirse en instrumentos de control ineficaz o
represión disfrazada de justicia, la riqueza está en la integración, en la
construcción colectiva del conocimiento y en la voluntad de poner ese saber al
servicio del bien común.
Por
eso, más que ciencias afines, son aliadas estratégicas, unidas, pueden dejar de
administrar el delito para empezar a resolver sus causas. Esa es la meta de una
Criminología verdaderamente útil: no explicar el crimen desde la frialdad, sino
prevenirlo desde la humanidad.
Ciencia afín Relación con la Criminología Relación con la Criminalística Derecho Penal La
Criminología analiza y cuestiona los delitos normalizados, evalúa su
eficacia, su legitimidad y propone reformas con base en justicia social. Establece
el marco legal para que la Criminalística determine qué pruebas buscar y cómo
procesarlas. Política Criminal La
Criminología aporta datos, diagnósticos y análisis para diseñar políticas de
prevención, reinserción y control más racionales y justas. Marca
las prioridades investigativas y determina el papel de la Criminalística en
campañas contra delitos específicos (narcotráfico). Penología La
Criminología evalúa el impacto de las penas, propone alternativas a la
prisión y promueve una justicia centrada en la rehabilitación y la dignidad humana. Tiene
una relación funcional en casos de crímenes cometidos en prisión, aportando
evidencia para esclarecer hechos en el contexto penitenciario.
https://www.youtube.com/watch?v=hhA0yk6JJkg&t=1s
La
Asamblea Legislativa avanzó en una reforma que elimina penas de prisión para
ciertos delitos menores, priorizando medidas alternativas como servicios
comunitarios o terapias.
La
Penología estudia las penas y su ejecución, esta reforma modifica directamente
las penas y su aplicación, poniendo en marcha nuevos enfoques penales más
centrados en la persona.
Refuerza
la utilidad de la Criminología, que aporta evidencia sobre la eficacia de las
penas no privativas, su impacto social y los beneficios de enfoques
restaurativos.
Referencias
Dictaminan positivamente reforma que elimina penas de
cárcel por calumnias o injurias. (2025). Asamblea Legislativa Costa
Rica. https://www.youtube.com/watch?v=hhA0yk6JJkg&t=1s
Zúñiga
López, R. (2025). Fundamentos de Criminología. EUNED, San José, Costa Rica.
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