martes, 10 de junio de 2025

Que elementos debe contener una correcta política criminal estatal. Importante indicar las diferentes instituciones que generan políticas criminales en el país y su campo de acción (preventivo, persecución penal, penitenciario, etc)

La política criminal, en tanto herramienta del Estado para responder al fenómeno delictivo, debe concebirse como un sistema complejo, dinámico y profundamente articulado con los valores democráticos, los derechos humanos y el interés social. En Costa Rica, una política criminal estatal adecuada no puede limitarse a la represión del delito mediante la acción penal; debe diseñarse integralmente, abarcando la prevención, la persecución, el tratamiento penitenciario y, más allá, la reinserción social; en este sentido, el enfoque correctivo tradicional ha demostrado ser insuficiente, e incluso contraproducente, al hacer invisible las causas estructurales del delito, como la exclusión social, la desigualdad, la violencia estructural o el abandono institucional.

Elementos esenciales de una correcta política criminal estatal:

Fundamentación en los derechos humanos: La política criminal debe respetar y promover los derechos humanos en todas sus fases; esto implica, por ejemplo, garantizar el debido proceso, evitar la criminalización selectiva de poblaciones vulnerables y asegurar condiciones penitenciarias dignas. No se trata solo de aplicar normas penales, sino de decidir cuáles normas se aplican, cómo y para qué fines, la pena nunca debe ser un fin en sí mismo, sino un recurso último ante la ineficacia de otras estrategias sociales.

Prevención: Una política criminal centrada exclusivamente en la sanción es miope y reactiva; por el contrario, una política criminal moderna debe enfocarse en la prevención primaria (educación, fortalecimiento del tejido social, oportunidades laborales), secundaria (intervención temprana en poblaciones de riesgo) y terciaria (reintegración y reducción de la reincidencia). La prevención, aunque menos visible políticamente, es más eficaz y menos costosa a largo plazo.

No puede diseñarse una política criminal seria sin comprender adecuadamente el fenómeno criminal, esto requiere información estadística confiable, estudios criminológicos interdisciplinarios y la identificación de patrones sociales, económicos y culturales que inciden en la criminalidad. La toma de decisiones debe basarse en evidencia, no en discursos mediáticos o percepciones distorsionadas del miedo al delito.

Una política criminal adecuada debe promover un sistema penal proporcional y selectivo, no todos los conflictos deben traducirse en delitos, ni todos los delitos deben solucionarse con prisión. La expansión sancionaría irreflexiva solo contribuye a la acumulación carcelaria y a la saturación judicial, sin mejorar la seguridad real, es indispensable repensar el uso del derecho penal como “última razón”, reservándolo para casos graves.

Enfoque interinstitucional: La política criminal no puede ser diseñada ni ejecutada por una sola institución, se requiere la coordinación efectiva entre múltiples actores como el poder judicial, el legislativo, el ejecutivo, la policía, las universidades, las municipalidades y la sociedad civil, desde este enfoque sistémico se permite articular mejor las fases de prevención, control, sanción y reinserción.

Transparencia y rendición de cuentas: La política criminal, como expresión del poder disciplinario del Estado, debe estar sujeta a mecanismos de control democrático. La ciudadanía tiene el derecho de conocer las políticas, los criterios de priorización y los resultados obtenidos, la oscuridad alimenta la desconfianza y permite el uso abusivo o ineficiente del poder penal.

La reinserción social es una prioridad: El éxito de una política criminal no se mide por el número de personas condenadas, sino por la capacidad de transformar vidas, prevenir la reincidencia y promover la convivencia pacífica. El sistema penitenciario debe ser visto como una oportunidad para la educación, el tratamiento de adicciones, la capacitación laboral y la construcción de ciudadanía, la reinserción no es un favor es una obligación constitucional y ética.

Las instituciones que generan y ejecutan política criminal en Costa Rica cuenta con un entramado diverso que incide ya sea directa o indirectamente, en la formulación y ejecución de su política criminal. A continuación, se detallan algunas de las principales entidades y sus respectivos campos de acción:

1. Asamblea Legislativa (Campo: Normativo, preventivo y sancionatorio)

Como poder legislativo, dicta las leyes penales sustantivas y procesales, tiene la facultad de normalizar las conductas, establecer penas y crear marcos legales de prevención. Sin embargo, muchas veces sus decisiones responden más a presiones indirectas que a diagnósticos técnicos, generando populismo penal y sobre criminalización.

2. Poder Judicial – Fiscalía General y Defensa Pública (Campo: Persecución penal y garantía procesal)

La Fiscalía lidera la persecución penal, mientras la Defensa Pública asegura el respeto al debido proceso. Aunque ambos actores operan en lógicas distintas, deben equilibrarse para garantizar una justicia imparcial, una política criminal saludable no se basa en castigar a toda costa, sino en asegurar justicia real para todos los involucrados.

3. Organismo de Investigación Judicial (OIJ) (Campo: Investigación penal, prevención del delito)

El OIJ es responsable de la investigación criminal bajo la dirección funcional del Ministerio Público. Sus diagnósticos y estadísticas permiten orientar recursos hacia fenómenos criminales específicos; no obstante, requiere mayor inversión para desarrollar análisis criminal predictivo y metodologías modernas de investigación.

4. Fuerza Pública (Campo: Prevención del delito, control social)

Se encarga del resguardo del orden público, tiene una función preventiva clave; sin embargo, se ha denunciado el uso desproporcionado de la fuerza en ciertos contextos y la criminalización de poblaciones marginadas. Es urgente capacitar al personal en derechos humanos y enfoques comunitarios de seguridad.

5. Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), Ministerio de Educación Pública (MEP)

Estas instituciones, aunque no son operadores directos del sistema penal, inciden en la política criminal desde la prevención primaria. Su labor en contextos de vulnerabilidad puede evitar que muchas personas caigan en el circuito delictivo, integrar su trabajo en la política criminal es un acto de inteligencia estatal.


Noticias Repretel CR. https://www.instagram.com/p/DJShJojsr-G/ 

Reflexionando críticamente y sobre las propuestas la política criminal costarricense ha sido históricamente reactiva, fragmentada y poco sostenible, ha privilegiado la represión inmediata por encima de la prevención estructural, y ha apostado por el encarcelamiento masivo sin una estrategia clara de reinserción. Esto ha generado cárceles con acumulación, altos niveles de reincidencia y una justicia percibida como desigual.

“Actualmente, a la hora de elaborar la Política Criminal, los gobernantes tienden a buscar medidas paliativas comunes que los dejen bien parados ante la opinión pública, ocasionando con ello una serie de consecuencias negativas...” (Ramírez, P, Rodríguez, S. 2019).

Una transformación auténtica exige una visión integral, centrada en la dignidad humana, la justicia restaurativa y la corresponsabilidad social. El Estado no puede delegar todo el peso de la seguridad en la policía o las prisiones, debe invertir en educación, salud mental, vivienda, cultura y oportunidades, porque esas son las verdaderas raíces de la seguridad.

Es necesario construir una política criminal que no castigue la pobreza ni reproduzca desigualdades, sino que contribuya a desmontarlas. Que no trate a las personas como “enemigos” del sistema, sino como ciudadanos con derechos y potencial de cambio.

Reformar la política criminal no es solo tarea de juristas: requiere un compromiso ético de toda la sociedad.

Referencias Bibliográficas

Noticias Repretel CR. (2025). Rodrigo Chaves defendió su estrategia de seguridad, pese al aumento de la criminalidad registrado en lo que va del año. https://www.instagram.com/p/DJShJojsr-G/

Ramírez Zúñiga, P.S, Rodríguez Jarquín, S, J. (2019). Política criminal en Costa Rica: un análisis desde el sistema penitenciario costarricense. UCR. https://repositorio.sibdi.ucr.ac.cr/items/deb38998-36da-4c97-b6e6-6d2fd8f12e59?utm_source

 

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