“Es
la ciencia que estudia integralmente el fenómeno criminal considerando su
génesis, variables, actores y consecuencias, con el objetivo de explicar su
existencia, prevenir su ocurrencia y mitigar las repercusiones individuales y
sociales.” (COLEGIO DE PROFESIONALES EN CRIMINOLOGÍA DE COSTA RICA)
La
Criminología, como ciencia social aplicada, no se justifica por el solo hecho
de analizar la conducta desviada o el delito, su existencia adquiere sentido
cuando su conocimiento se traduce en transformaciones concretas para el
bienestar humano. Hablar de la finalidad de la Criminología implica comprender
que su razón de ser va más allá de la observación académica o el diagnóstico
técnico: se trata de una ciencia cuyo valor se mide por su impacto en la vida
real, en la justicia cotidiana, en la seguridad con dignidad y en la capacidad
de prevenir el sufrimiento social.
Durante
años, el enfoque dominante en los sistemas penales ha sido reactivo, se estudia
al delincuente, se caracteriza el delito, se dicta la sentencia, pero si la
Criminología solo operara como herramienta para alimentar un sistema
disciplinario, entonces su existencia sería redundante o incluso peligrosa. La
finalidad verdadera de esta ciencia no puede ser otra que la de transformar
realidades: reducir la criminalidad, evitar la revictimización, desarmar los
mecanismos estructurales que generan violencia y desigualdad, y construir
escenarios sociales donde el delito no sea necesario ni probable.
La
utilidad de la Criminología, por lo tanto, no reside únicamente en su capacidad
para describir fenómenos, sino en su potencial para intervenir en ellos, su
labor debe enfocarse en entender profundamente el porqué de las conductas
desviadas, para desde allí proponer soluciones eficaces, respetuosas y
sostenibles. Esa utilidad se manifiesta de forma concreta en la prevención del
delito, en la formulación de políticas públicas, en el diseño de estrategias
educativas, en la intervención social comunitaria y en el acompañamiento a
víctimas e infractores.
Una
de las metas fundamentales de esta ciencia es anticiparse al daño, no se trata
de esperar a que se cometa un crimen para actuar, sino de identificar señales
de riesgo, factores criminógenos, contextos de vulnerabilidad, y ofrecer
respuestas preventivas, especialmente desde el ámbito social. Allí donde fallan
las instituciones, crecen las posibilidades de vulnerabilidad, la Criminología
debe ser entonces una ciencia anticipadora, sensible a los síntomas de
descomposición social, y no una simple analista de los hechos consumados.
También
debe intervenir en los procesos de resocialización, la reclusión sin
acompañamiento, la sanción sin orientación, la pena sin alternativa, solo
generan reincidencia y profundización del daño; es por esto que, la Criminología
útil es aquella que diseña caminos de reinserción, programas que permiten al
infractor asumir su responsabilidad y reconstruir un proyecto de vida dentro de
la legalidad y el respeto. Es una ciencia que no castiga: orienta, acompaña,
transforma, su finalidad no es el encierro, sino la integración social.
Desde
una perspectiva más crítica, es indispensable advertir que muchas veces la
Criminología ha sido manipulada por sistemas autoritarios, para justificar
controles excesivos, medidas desproporcionadas o prácticas de vigilancia que
comprometen los derechos humanos y esta deformación pervierte su esencia.
La
Criminología útil es aquella que desafía el poder cuando este abusa de su
función, que protege a las poblaciones vulnerables, que cuestiona las leyes
injustas, que denuncia la criminalización selectiva. Es una ciencia que se
compromete éticamente con la justicia social.
No
puede hablarse de finalidad sin considerar el contexto cultural, las conductas
que una sociedad considera criminales están profundamente influenciadas por su
historia, por su sistema de valores, por sus desigualdades estructurales, en
ese sentido, la Criminología debe evitar toda reclamación de universalidad
disciplinaria.
Lo
que importa no es imponer un modelo de control, sino comprender cómo se
configuran las dinámicas delictivas en cada comunidad, para desde allí generar
respuestas contextualizadas. Una Criminología útil es también una Criminología
situada, conectada con la realidad que estudia.
El
aspecto humano es irrevocable, la finalidad de esta disciplina no puede
reducirse a cifras o estadísticas, debido a que, cada delito encierra una
historia, cada infractor es un sujeto, cada víctima es una persona; por eso, la
Criminología debe operar desde la empatía, desde la escucha activa, desde la
capacidad de leer el dolor y el conflicto sin caer en simplificaciones. La
utilidad real de esta ciencia es medible en términos de vidas protegidas, de
sufrimientos evitados, de oportunidades reconstruidas.
Asimismo,
su propósito debe ser educativo, una sociedad que no comprende las causas del
delito, que responde con miedo o venganza, se vuelve más violenta, más injusta.
La Criminología tiene el deber de ser una herramienta de enseñanza, que acerque
a la población general a una comprensión más profunda de los fenómenos
criminales. Debe contribuir a una ciudadanía crítica, capaz de cuestionar los
discursos simplistas, de demandar políticas públicas basadas en evidencia y de
participar en la construcción de paz social.
Además,
su utilidad se proyecta hacia el diseño y evaluación de políticas públicas, no
se trata de acumular diagnósticos, sino de incurrir directamente en las
decisiones que toman los gobiernos, los jueces, los cuerpos policiales y las
organizaciones sociales. La Criminología debe dialogar con los actores del
sistema, traducir su conocimiento técnico en propuestas concretas,
comprensibles y viables, tiene que ser parte del diseño de un nuevo contrato
social que priorice la prevención, la reparación y la equidad.
En
definitiva, la finalidad de la Criminología es promover el bienestar colectivo
a través de una comprensión profunda y transformadora de las dinámicas del
delito, la desviación y la conflictividad social, su utilidad se demuestra en
la capacidad de proteger a la víctima, de acompañar al infractor en un proceso
de reintegración, de fortalecer los mecanismos de control social sin violentar
los derechos, y de generar comunidades más comunicativas, más seguras y más
justas.
No
basta con saber qué es el delito o quién lo comete, lo fundamental es
preguntarse: ¿cómo evitarlo? ¿cómo transformar la realidad que lo origina?
¿cómo hacer que quienes lo han cometido no lo repitan? En ese trayecto, la
Criminología encuentra su verdadero propósito: no ser una ciencia del castigo,
sino del cambio, no ser una ciencia del miedo, sino de la esperanza.
Referencias
Criminología
(s.f). COLEGIO DE PROFESIONALES EN CRIMINOLOGÍA DE COSTA RICA. https://criminologia.or.cr/?utm_source
López
Delgado, A, K. (2024). La criminología: su utilidad y perspectivas futuras.
Notitia Criminis. https://notitiacriminis.mx/tribuna/nfirmas/7584/
Zúñiga
López, R. (2025). Fundamentos de Criminología. EUNED, San José, Costa Rica.
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